Nuestros miedos

01.05.2018

Somos seres humanos eso nadie lo duda, pero lo mismo que tenemos sueños, tenemos miedos.

Tenemos miedo al cambio, tenemos miedo al fracaso, tenemos miedo a no tener estabilidad, tenemos miedo...tenemos mucho miedo.

Y el miedo nos cierra puertas. Y esas puertas nos cierran sueños. Y esos sueños son los que nos hacen vivir. Y sin esos sueños no avanzamos. Y sin ese avance sufrimos. Y si sufrimos no somos felices. 

Y la vida se reduce a eso, a la felicidad, a nuestra propia felicidad. 

Pero para llegar a ella, necesitamos superar todo lo anterior, y llegar a nuestro miedo más profundo. Y es difícil, muy difícil, pero cuando lo consigues, te das cuenta de lo feliz que es la vida y lo feliz que te va a hacer a ti.

Un miedo no es más que una idea. Un miedo no es más que un cambio que no somos capaces de lograr. Un miedo no es más que una idea que tenemos en la mente y no logramos hacerla realidad. Un miedo no es mas que aquello que no nos deja ser feliz.

Y cuanto antes miremos en nosotros mismos antes sabremos porque sufrimos. ¿De verdad merece la pena el sufrimiento? ¿o simplemente es que sin miedo no tenemos un sueño? ¿y éste es el obstáculo que nos permite esa felicidad?

Miedo y sueño. Sueño y miedo...y al final del pasadizo de estas dos palabras...la felicidad.

Miedo habla con sueño y le pregunta si quiere acompañarle en el viaje hacia la felicidad, pero sueño agacha la cabeza y teme el cambio, teme todo lo nuevo que no ha visualizado en su vida y teme aquello que no le resulta familiar, por lo que le dice que por favor, vaya despacio.

Pero miedo le dice que no, que él es el que manda, y por lo tanto que él marca el ritmo del viaje, y entonces sueño se va haciendo más pequeño, con complejos, muchos complejos.

Hasta que un día ese sueño toma la palabra, se encara con miedo y le dice que está cansado de llevar tanto tiempo detrás de él, que ahora él iba a marcar el camino, que aunque se caería una vez por el camino no le iba a importar, porque se levantaría con más ganas y entonces se haría más fuerte. Y que ahora él iba a controlar la vida y que le ayudara aunque no esté de acuerdo. 

Entonces todo cambia. Se pasa del llanto a la risa en minutos, incluso en segundos y te das cuenta que ahora ya vas por el camino adecuado, y que si antes no has ido por ese camino es porque no estabas preparado, pero que ahora es el momento.

Todos encontramos ese momento. Unos antes y otros después pero siempre llega y cuando llega sólo puedes dejarte llevar y confiar en el sueño y sonreirle todos los días, todas las mañanas, todas las noches, porque cuando cuidas de él, él se hará cada vez mas fuerte y te guiará hacia lo que más quieres, que es tu propia felicidad.

Llorar no es malo, simplemente cuando lloras de felicidad es cuando te das cuenta que tu momento ha llegado y te haces fuerte, porque sabes que ahora sueño es el que guía tu vida.


© 2018 Endika García García. Todos los derechos reservados.
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